domingo, diciembre 04, 2005

Escribir para vivir.


Escribir es una de las más hermosas formas de expresar tu existencia; y en algunos casos de potenciarla, de darle un valor mayor al que tiene por el simple hecho de ser, de su valor per-se. El crear con palabras universos, personajes, inclusive realidades paralelas; el describir sentimientos, el pintar sensaciones con verbos, el emocionar a otros con nuestras emociones, el adjetivar para endiosar o destruir; el mero hecho de reproducir el génesis creado en cada texto, insuflando en vez de aliento divino, espíritu humano para dar vida. Y surgen así otros mundos, otras vidas que pululan por las hojas y están hechos de tinta, pero con un espíritu humano que logra que estén vivos. Y ellos evolucionan, ellos crecen y mueren, porque su forma de seguir viviendo es la mente del lector; donde después de ser concebidos y criados por el escritor encuentran su morada y su lugar de desarrollo vital, auque también pueden encontrar su muerte, su olvido.
Los reinos mentales, los mundos de ideas nacen y mueren cada día, al igual que las estrellas de nuestro universo, y en este proceso hermoso es donde se muestra la grandeza de la naturaleza de la existencia, que cada día lucha contra el gran enemigo, el vacío, que amenaza con volver todo nada, que se traga muchas estrellas, que avanza cada día, que nos vuelve apáticos, que nos quita la esperanza, que destruye la necesidad de pensar, que desvalora las ideas; pero que al final no puede vencer al espíritu divino de la creación, el mismo que es padre del espíritu humano verdadero, de aquel que en la creación, encuentra su fin último, su reconocimiento como parte de la divinidad.

1 comentario:

Johnymepeino dijo...

Efectivamente si no fuera por la noche qué sería e nosotros.