lunes, marzo 27, 2006

El futuro de la tierra.

Existe o no existe un futuro para nuestro planeta azul? Cada día se va muriendo nuestro hogar, cada día como un ser agonizante, se desangra y se pudre; y se destruye poco a poco, pero de manera inexorable. Queda aún esperanza? Lo que existe es sólo la vil y asquerosa avaricia, que consume los corazones de los hombres, que por dólares son capaces de vender su alma, su madre y como vemos el futuro de sus hijos. Es justo que unos cuántos empresarios saqueen la tierra que es de todos, por el beneficio de pocos en detrimento del bienestar presente y futuro de muchos? No, no es justo, pero parece inevitable, pues toda nuestra sociedad está fundada sobre las ideas de la "producción", "la maximización" y la "eficiencia"; y lo coloco entre comillas porque estos conceptos no son lo que parecen. Nadie ha podido producir algo nuevo, todo es transformado o extraído desde la tierra, único productor; y la tal eficiencia sólo se refiere a producir para ganar más con los menores costos, todos ellos empresariales; nunca se considera una eficiencia ambiental y peor aún una maximización social. Esto lleva sin duda a la cruel y sinrazón explotación de la madre tierra y a la autoaniquilación de la raza humana.

El mundo se muere, y lo hace porque todos nos hemos creído o nos han hecho creer, que la única forma de acción, el único hombre posible, el único hommo capaz de sobrevivir a la selección natural; es el hommo economicus. Gran mentira! Terribles consecuencias de creerla. Al estar convencidos del egoísmo de los demás, nuestras expectativas nos llevan a actuar de manera egoísta, haciendo desaparecer o menguar el aspecto metaético que es la base del concepto de bienestar común. Es como una profecía autocumplida, al creer como sociedad que el hombre es un ser egoísta por naturaleza, terminamos actuando de la misma manera al ser la mejor estrategia individual; pero una estrategia fatal para todos como un conjunto.

No, todas las cosas no pueden ser puestas a la venta, no todo puede tener un precio, y esto no es sólo un problema de la incapacidad que tienen los mercados existentes para hacerlos; sino la imposibilidad de cualquier mercado futuro de hacerlo, pues no todo puede ser considerado un bien transable. Hay cosas que no pueden ser valoradas con un precio, que deben su valoración a la sociedad y a su sistema de valores. La gente como un ente mayor que el individuo le asigna un valor que está sobre precios y apreciaciones. Así, el agua no puede ser atada a un precio pues es escencial para la vida y como tal la valoramos. La vida no es transable, la supervivencia no es negociable. El derecho de existir no es una mercancía.

Finalmente, se debe remarcar que si no cambiamos nuestra visión humanista que ha funcionado por más de 6 siglos y que nos llevó a grandes triunfos, como la democracia y la libertad de expresión y de culto, y al nacimiento de la ciencia; así mismo hoy debe surgir una nueva ética que no tenga en su centro ni a Dios, ni al Hombre, sino al planeta tierra. Hogar único y compartido, fuente de todo, sustento vital, fin último. Venimos de la tierra y hacia ella volvemos, el ciclo es inevitable y debe ser respetado. La tierra, y la convivencia con las otras especies deben ser respetuosa, y debe respetar las leyes de la naturaleza; el uso de los recursos debe ser lo estrictamente necesario, para nuestra supervivencia. Una supervivencia modesta y sobria y no una orgía de despilfarro y mal uso. El tiempo de la gula ha acabado, el tiempo de la prudencia tiene que venir so pena de extinción. Y sobre todo una orientación al desarrollo humano, tratando de garantizar ya no sólo la libertad y los derechos individuales, sino los colectivos tanto los presentes como los futuros, y sin la limitaciones de las artificiales y artificiosas limitaciones políticas, físicas y temporales; sino teniendo en mente que la humanidad es una sóla y como tal es sujeto de derecho.

Sólo de esta manera, con la creación de una nueva cosmovisión, con una actitud individual y social radicalmente diferente podremos evitar nuestra propia destrucción. Sólo de esta manera dejaremos de ser langostas planetarias, de ser parásitos y nos volveremos de nuevo seres simbióticos y armónicos que merecemos siquiera existir.

Debemos demostrar que nuestra evolución no fue un error, que no somos monstruos devora planetas, que somos seres que podemos autosustentarnos en el tiempo, que estamos destinados a sobrevivir, a triunfar en el juego azaroso del destino. Y no cometer suicidio como muchos de los engendros que da el tiempo y la suerte.

5 comentarios:

Principemestizo dijo...

yo hice un comment parecido que se llama "que nos pasa" pero pienso que hasta que no dejemos de hablar y enpezemos a actuar est emundo se jodio, muy buen post hermano

Pegasus_sudaka dijo...

Gracias amigo principemetizo por tu comentario, muy bueno tu blog y leí tu post también. Pero de verdad tu propuesta de hacer algo me ha estado sonando mucho tiempo en la cabeza, y creo tener algunas ideas de acción. Espera más posts.

Anónimo dijo...

la misma naturaleza se está encargando de hacernos pagar por nuestro abuso sobre ella. Si no hacemos las pases, entonces simplemente moriremos...

Anónimo dijo...

o tal vez, es una guerra, el ser humano tiene una capacidad de sobrevivir increíble. Es por esto, que nos damos el lujo de ser tan crueles.

Anónimo dijo...

ola wenas..n o deberiamos tratar asi a nuestro planeta porque muchos piensan que esto siempre durara pero eso no es cierto...la energia se agotara,destruiremos la naturaleza,y muxas mas cosas que en un futuro no muy lejano nos arrepentiremos de aver echo,aganme caso...el otro dia vi un anuncio en la tele k describia muy bien lo k estamos viviendo y e mi desde luego me yego...veanlo ustedes mismos en:www.sostenibilidad.com
aki esta ese anuncio,y tiene mucha pero k mucha razon...