domingo, mayo 15, 2005

La Naturaleza y/del hombre

¿Es la naturaleza del hombre buena? Es el hombre, en verdad, una tabla rasa; o es y siempre ha sido un simio sicótico fratricida. La capacidad de pensar, de razonar, de abstraerse, la conciencia, son logros de nuestra especie; son joyas que descansan en la cabeza de la creación máxima de la evolución. Pero, existe también, en un nivel interno pero poderoso, un ser que yace en el subconsciente. Un animal, una suma de instintos, deseos, de crueldad sin sentido, y este animal es al fin y al cabo el creador de nuestro hambre vital, el motor básico de la vida. Cómo explicar sino, el poder destructivo y el deseo destructivo del hombre. Un ser dominado por la razón, por la comprensión propia y contextual, de su mundo en todas sus facetas, no puede ser el creador de una bomba atómica, no puede ser el creador de virus y bacterias fatales, no puede ser el causante de la desaparición o extinción de especies animales, no puede ser el autor de tantos actos atroces, contra nosotros mismos y contra la naturaleza. El autor de estas horrendas acciones, debe ser un ser demente, un ser cuya esencia sea el odio, las ansias de poder, el deseo desenfrenado, la lucha por dominar a todos y a todo. Un ser que disfruta del sufrimiento ajeno, que es capaz de matar o torturar por placer o por dinero.
Homo Homini Lupus, es hoy cierto más que nunca y se puede añadir también, con toda seguridad que el hombre es el depredador máximo, nada escapa a las fauces de su ambición, ni el mismo, ni su mundo. El poder y la superioridad del hombre están definidos por su capacidad de destrucción (sin importar la clase de la misma). Su éxito evolutivo, su presencia numérica impresionante, su capacidad de supervivencia extraordinaria, vienen dados en directa relación con el grado de destrucción, consumo voraz y utilización desenfrenada de todos los recursos que los rodean, es decir, su auge está inversamente relacionado con la salud del mundo, de su sistema ecológico.
Hombre, es al fin y al cabo, un animal con el arma más poderosa del planeta para destruir, su brillante y bella mente. Un animal depredador y cruel con tal capacidad, con tal herramienta puede hacer y ha hecho mucho daño. La tierra en su proceso evolutivo, creo un prodigio, un genio, una maravilla de la naturaleza; pero al mismo tiempo creo a su peor enemigo, a alguien que puede talar o quemar todos sus bosques, vaciar todas sus entrañas, matar a todas sus criaturas y finalmente suicidarse.
Así, el hombre en su deseo de dominarlo todo, mediante cualquier medio, incluyendo e insistiendo en la destrucción; hoy es enemigo de su propia madre, del Planeta Tierra; y en su vanidad infinita ya piensa en formas de dejarla, de abandonarla luego de destruirla. Se mira al cielo, y se planea ir a la Luna, a Marte, para asegurarnos la supervivencia luego de destruir nuestro hogar. Es tan fácil, al parecer, actuar como langostas, como una plaga que consume todo una plantación y luego se dirige a otra y a otra. Y hoy, se planea hacerlo a escala planetaria. Y si esto pasa, quien será capaz de salvar al Universo de su propia y malévola creación.
Como en toda especie, surgen siempre, y con mayor frecuencia en la nuestra por su número, mutaciones espontáneas, seres extraordinarios, seres diferentes y únicos; y por tanto, pocos e insignificantes en número. Estos seres, unas veces son formas potenciadas de la naturaleza malévola del hombre, y estos son los conquistadores, los caudillos, los destructores de vida y creadores de Imperios. Pero otras veces, surgen seres en los que el simio sicótico está debilitado. Seres de luz, dominados más por su mente, y más aún por una comprensión translógica de su mundo. Estos seres, son los rayos de esperanza para nuestra especie. Alguien que predica el amor y no el odio, el respeto y la convivencia y no el desprecio y la dominación, quien dice no a la violencia, quien asume la responsabilidad de la especie en la destrucción masiva de la naturaleza; es sin duda una fuente legítima de esperanza. Donde, sino en el seno mismo de la vanguardia evolutiva, la tierra puede tener su salida. Es aquí donde, se encuentra una respuesta a esta triste realidad, el surgimiento de una nueva humanidad, que esté libre de su bestialidad, que sea más de luz que de fuego.
Sin embargo, parece existir un seguro para la supervivencia natural frente a la supervivencia del hombre, pues al parecer mientras más destructivo es, más proclive es a destruirse a sí mismo. El mundo mismo, parece querer sacudirse a esta plaga, con terremotos, maremotos y todo tipo de catástrofes, que demuestran todavía nuestras limitaciones frente al poder de la naturaleza. Y el peligro más grande para la humanidad está sin duda, en su interior, pues en su vorágine de deseos, al estar ebrio de poder , al ser su vida una orgía de muerte, el suicidio individual y colectivo, parece ser su objetivo último, aunque inconciente. De todas maneras, el hombre ha demostrado su fuerza para cambiarlo todo, y por esto tal vez, se llegue al punto en que el conflicto nuevo sea, qué debe sobrevivir, la humanidad o la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sabes que tu comentario de la locura es muy extraño y no c que mas decir asi q si le ves a la mafer dirasle hola